Una distopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma, lo contrario a una utopía. Villagrán presenta en esta exposición un cuestionamiento sobre la reconfiguración del cuerpo fragmentado desde la historia y el territorio a partir de su experiencia personal de desplazamiento. Se trata sobre el hecho mismo de esa fantasía como un archivo referencial del la idea recurrente sobre el final o el futuro.